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SIEMPRE

FUI

UN POCO

CANALLA

Un poquito bicho raro lleno de pinturas en el cuerpo, apasionado de viajar, del café. y con una extraña adicción a comer pizza a todas horas.

Me llamo Sergio, y pese a que se me da fatal hablar de mí, allá voy. Tengo 24 años. Una hermana mayor. Unos padres a los que quiero con toda mi alma. Hace unos años, cuando tuve que decidir a qué quería dedicarme, no lo dudé. Quería  hacer que todos esos momentos efímeros quedasen para siempre. Recoger todo aquello que pasamos por alto pero que es, sin duda, lo que nos hace felices.

Y además de Sergio, ese chico de 24 años. También soy un poco canalla. Siempre lo fui. Pero un canalla de los buenos. De los que hablas con tus amigas y le pones a parir. De esos que, a primera vista, no creen en el amor.

Mentira. Ese canallita que no creía en el amor aquí está, haciendo películas llenas de todo eso. Será por sus ojos verdes o quizá es que he empezado a creer en la conexión humana. Pero sí. Creo en el amor. En el amor loco y en el de sofá y manta. En el de salir a cenar, y en el de estar por ahí dando tumbos hasta las tantas. En el de bombones y rosas, y en el de el cigarro de después.

En todos y cada uno de los amores. Porque todos son diferentes. Tan solo hay que saberlo ver.

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¿TOMAMOS UN CAFÉ?

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